BIRRIOSITO POR LOS MEDIOS

Hace unos días en un mal llamado festejo taurino indultaron al toro Birriosito. Indultar, así es como le dicen en argot taurino a cuando no completan mortalmente la tortura en que consiste la llamada lidia del toro. La plaza entera se puso en pie agitando las almohadillas y aclamando al toro ensangrentado mientras el torero enfilaba al pobre animal con su estoque. Así que el presidente de la corrida, por aclamación parlamentaria, procedió al indulto como si del mismo Julio Cesar se tratara. Y luego vendrá Mariano Rajoy a decir que el régimen cubano es anacrónico, y... ¿esto qué es?
Creo que he visto cientos de corridas de toros por la tele. Mi abuelo era de los que en los años veinte del pasado siglo en la españa de la copla y la pandereta, cogía un capote y se ponía a hacer toreo de salón, como el que ahora se pone a hacer tai-chi. Y es que en la españa de Manolete, Picasso, Hemingway o poetas de la G27 lo de torear era lo más.
Pobre Birriosito torturado y humillado, perdonado por los energumenos taurofilos por su bravura y nobleza, en lo que inventaran los romanos como duelo entre iguales. A él, toreado por los medios, le darán igual las poesías o las pinturas, aunque por lo menos no ha acabado en los platos del restaurante de turno.
Los mercenarios chicanos y negros dirigidos por patricios puritanos siguen llevando el águila y la calavera en sus estandartes mientras guerrean en las fronteras por una parcela de terreno, los nuevos esclavos trabajan bajo el látigo de la deportación y la masa se aliena fantasmagóricamente con el consumismo, el curro, la tele, la play, el sexo, las drogas... ¡o todo a la vez!
A mi me llamarán pesimista pero lo que es seguro es que tenemos que seguir diciendo aquello de: "poco pan y mal circo"...