PROGRAMA CONTRAINFORMATIVO SEMANAL. RADIO MAI 102.8 FM ZARAGOZA. JUEVES 21:00H.

jueves, 2 de agosto de 2012

LOS OTROS JUEGOS OLÍMPICOS

12.000 policías, 17.000 militares y 17.500 vigilantes privados serán movilizados para los Juegos Olímpicos de Londres. Un despliegue millonario a medida de las grandes multinacionales, un dispendio en plena crisis. El Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Londres 2012 ha presentado estas Olimpiadas como una oportunidad para generar empleo, regenerar zonas desfavorecidas y fomentar el deporte de base. No obstante, con un coste estimado de 1.500 millones de euros, y en un año en el que los recortes al sistema educativo, sanidad, e inversión social han sacado a miles de británicos a la calle, los Juegos y su gestión no son del agrado de todos. Aunque las cifras finales están todavía por confirmar, la Asociación de Altos Cargos Policiales ha informado que alrededor de 12.000 agentes patrullarán las zonas olímpicas, colaborando con los 17.000 militares movilizados en lo que constituirá el mayor despliegue militar del Ejército británico desde la II Guerra Mundial. A esta operación militar y policial hay que añadir los 17.500 vigilantes de seguridad privada contratados, más un millar de agentes estadounidenses. La Ciudad Olímpica estará protegida por una alambrada electrificada de 5.000 voltios de tensión y 18 kilómetros de longitud, cuyo coste asciende a 101 millones de €. Mientras tanto, misiles tierra-aire instalados en seis puntos del este de Londres –incluyendo la azotea de un edificio residencial cuyos vecinos no fueron consultados– velarán por el mantenimiento de la zona de exclusión aérea –en vigor desde el pasado 14 de julio– junto con los cazas y helicópteros de la Royal Air Force y de un portaaviones fondeado en el Támesis. A estos hay que añadir los aviones no tripulados que patrullarán el cielo de la ciudad, los 55 equipos de perros de ataque alrededor de la Ciudad Olímpica y las armas sónicas que protegerán el recinto. El Comité Organizador también ha sido criticado por su selección de patrocinadores y por las ventajas legales y fiscales que se les han otorgado a los mismos. A pesar de haber firmado un código de contratación “acorde con las reglas deportivas y principios definidos en la Carta Olímpica”, tales como la “sostenibilidad”, el “valor educativo del buen ejemplo” y el “respeto por los principios éticos fundamentales y universales”, la lista de patrocinadores y proveedores incluye empresas de ética cuestionable. Por ejemplo, Adidas, proveedor oficial de uniformes olímpicos, está siendo investigada tras denuncias sobre las condiciones de trabajo en sus factorías en Indonesia, en las que fabrica el material olímpico. Río Tinto, proveedor oficial de medallas, está siendo juzgado por una serie de delitos medioambientales y de explotación laboral, y Dow Chemical, uno de los principales patrocinadores, sigue sin aclarar su conexión con el desastre de Bhopal. Otros patrocinadores con antecedentes discutibles son McDonalds, restaurante oficial y proveedor exclusivo de patatas fritas; Coca-Cola, bebida oficial; o BP, proveedor de combustibles. La legislación al respecto tampoco tiene precedentes: ninguna empresa o tienda que no sea patrocinador o proveedor oficial puede promocionarse en las inmediaciones de los Juegos ni usar símbolos ni términos asociados con las Olimpiadas, incluyendo palabras como “verano”, “oro”, “plata”, “bronce” o “Londres”. Más de 300 agentes se dedican desde mediados de julio a inspeccionar tiendas y oficinas, para garantizar el cumplimiento de esta normativa, y aplicar sanciones de hasta 25.000€ a aquellos que la incumplan. La aprobación de medidas excepcionales también afecta al apartado de impuestos, puesto que por imposición del COI, la zona olímpica ha sido declarada paraíso fiscal. Esta medida exime a todas las empresas participantes de pagar impuesto alguno, lo que según cálculos de la revista Ethical Consumer, supondrá una pérdida de 891 millones de euros para las arcas públicas.

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