PROGRAMA CONTRAINFORMATIVO SEMANAL. RADIO MAI 102.8 FM ZARAGOZA. JUEVES 21:00H.

lunes, 14 de mayo de 2007

El pequeño Napo

La izquierda real francesa (utilizaré este término para referirme a la izquierda francesa ajena al Partido Socialista, porque me gusta más que radical, y porque, es una pena, pero si lo dejo en izquierda a secas, alguien puede interpretar que incluyo a los socialistas), la izquierda real decía, ha tenido un debate interno para decidir si votaban a Royal en 2ª vuelta o pasaban de los dos candidatos.
Argumentos ha habido en los dos sentidos, pero en contra de lo que pueda parecer por el resultado final, la mayoría decidieron votar a Royal, o mejor, votar contra Sarkozy, el "nuevo Napoleón". Pero Royal ha perdido porque su rival ha sabido llegar mejor a las clases medias liberales, les ha dado más confianza que Royal para solucionar los problemas que creen que tienen. La derrota se debe a eso, no a que la izquierda real se haya quedado en casa.
Los partidarios de votar a Royal desde la izquierda basan sus argumentos, no en las bondades de las propuestas de ésta, sino en el miedo que produce la figura de Sarkozy, y el cambio radical que este supone respecto incluso a la línea llevada por Chirac (algunos dicen que Royal es la continuidad con respecto a Chirac, y que Sarko es la revolución, una revolución reaccionaria claro, "una revolución naranja". Para estos la victoria de Sarko es la victoria de la Francia de Vichy, de la Restauración y de Versalles, contra la de la Comuna, y la de la Revolución. Hablan de un cambio en la política exterior francesa que le acercará a las posiciones anglosajonas, especialmente en los temas de Irak e Israel. Lo que es evidente es que en los gobiernos israelí y norteamericano se han alegrado de la victoria de Sarkozy.
También hablan de supuestos cambios en política interior, aunque la política de mano dura propugnada por Sarkozy no es nada nuevo.
Es curioso porque Sarkozy ha ganado haciendo una campaña en la que se presentaba como el salvador de una Francia que había llegado al caos y la anarquía. Lo primero es que esa situación no existe, Francia sigue siendo uno de los países en los que mejores condiciones de vida hay, al menos para las clases medias blancas, que son a las que se dirigen el discurso catastrofista de Sarkozy. Lo segundo es que sí esa situación es así, él es uno de los máximos responsables, ya que ha ocupado puestos clave en los últimos gobiernos.
Pero el marketing es capaz de esto y de mucho más. El caso es que ha logrado que las medidas y el discurso de Le Pen haya llegado a la Presidencia de Francia, pero sin Le Pen.
Los que abogaban por la abstención presentaban los argumentos de siempre, que las políticas de los dos son parecidas....., pero uno que me ha llamado la atención es el de que es mejor que gane Sarkozy, porque Royal haría una política parecida a éste, pero con el inconveniente para la lucha social de que lograría controlar, o anestesiar mucho mejor a los movimientos sociales.

Yo por mi parte, creo que sí, que Sarkozy es muy bruto, proamericano, proisraelí, es bastante grosero y vulgar en su lenguaje, zafio en sus maneras, un poco berloscuniano vaya, habla de Juana de Arco, del cristianismo (como Blair o Bush), utiliza el tema de la seguridad y de la inmigración electoralmente, es ultraliberal (aspira a ser el Reagan o Tatcher francés, vamos una joyica, pero aún así sí hubiera sido francés no hubiera votado a Royal, como tampoco hace 5 años a Chirac contra Le Pen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hubieses ido a votar, si te hubieses inscrito. Lo que no dicen en TV, es que en Francia para poder votar, te tienes que inscribir. Vamos que todos los mayores de edad, por defecto no tienen derecho a votar si antes no hacen el trámite, elección tras elección, de inscribirse. Este es un dato importante que no se dice en TV, y claro, significa que no es cierto el porcentaje de un 86% de fraceses mayores de edad votando. Votó el 86% de los que estaban inscritos. Seguro que como suele pasar, además de los ciudadanos -veletas- que no sabe por donde les da el viento, también habrá una cierta capa de población de izquierdas, harta del propio procedimiento electoral, que no se inscribirá.
La aparición de Bové en el tandem aspirante, no ha hecho sino dividir aún mas el voto de izquierda. Resulta difícil una alianza -a la izquierda de Royal-, por la propia idiosincrasia de la izquierda.
Los males que acusa la -extrema izquierda- son exportables a casi todos los países.
Las diferencias basadas en personalismos, y en pequeñas pajas mentales sobre medios y fines, impide una candidatura, que debiera unir a: LCR, Lucha Obrera, PCF,PT e incluso a Bové.
Aunque esta misma alianza, probablemente no pasaría del 15%. Lo que igual desgastaría el voto a Royal, dejando como segundo en liza de nuevo a Le Pen. Pero vamos, que visto lo visto, no ha sido mejor la estrategia de todos contra-todos.

joseluis dijo...

Ojo, que si no recuerdo mal ,en las anteriores presidenciales (las de Le Pen), la suma de todos los candidatos de izquierda real era superior a lo conseguido por Le Pen, lo que quiere decir que hubiera pasado a segunda vuelta. Aún que bien es cierto que hubiera sufrido una derrota semejante a la de Le Pen, ya que el miedo a los comunistas, hubiera llevado a a la derecha y socialistas a unir sus votos para evitar la llegada de la dictadura del proletariado.
Este año esa suma no daba para llegar a 2ªvuelta ni de lejos, lo que indica el fracaso de la izquierda real, no ya en no ponerse de acuerdo para elegir un candidato único sino incluso e nir perdiendo presencia en aras del voto útil.

Anónimo dijo...

Lo más preocupante es como va calando el discurso teocon y ultraliberal en un país con una tradición política como la francesa. El poder de los media conservadores en Occidente es brutal, además parece que estamos en plena ola conservadora a nivel global. En cuanto a la izquierda, mientras sigamos mirándonos el ombligo y cultivando el integrismo iremos perdiendo batallas hasta la derrota total. Es como en La vida de Brian, la vanguardia intelectual hablando estupideces en el circo mientras los romanos son los dueños absolutos de la situación.