PROGRAMA CONTRAINFORMATIVO SEMANAL. RADIO MAI 102.8 FM ZARAGOZA. JUEVES 21:00H.

jueves, 7 de junio de 2007

La Tierra Prometida

Parece ser que tanto en la II República como más recientemente en la llamada Transición española (al menos en sus primeros tiempos) no se estuvo tan lejos de la Tierra Prometida, es decir la Euskadi de las 4 provincias, la panacea que resolverá todos los males de los trabajadores vasco-navarros. Digo esto, porque parece que la actual división territorial del Estado Español es eterna y sagrada, vamos que ya venía diseñada en las tablas que Dios entregó a Moisés. Pues bien, no es así, simplemente obedece a unos acuerdos políticos que se tomaron hace no tanto, y que bien pudieron ser diferentes si la unidad de los actuales territorios vasco-navarros no hubiera sido (aún lo es ) vista por la derecha española como la antesala del caos, de la ruptura de España a través de un Euskadi independiente.

En la Transición los militares no aceptaron un estatuto de las cuatro provincias, ya que creían que una Navarra aislada era la clave para frustrar un proyecto nacional vasco. De hecho si la Constitución del 78 incluye una prohibición expresa de la federación de dos comunidades autónomas es precisamente con este objetivo, ya que la posible unión de La Rioja con Castilla y León por decir algo, no creo que preocupe a nadie.

En los años 70, la Navarra Foral que llaman, se identificaba con el franquismo, y prácticamente toda la oposición (incluido el PSOE-PSE) abogaba por la unión de los territorios en cuestión. Por ejemplo en 1977, PSOE y PNV compartieron listas electorales defendiendo una autonomía a 4.

Cargos del PSOE que todos conocemos, como Benegas decía cosas en “el país” como “el término autodeterminación lo llevamos en nuestro programa”, o como Gabriel Urralburu en el mismo periódico “Navarra debe vincularse al País Vasco”. Al final para llegar a un consenso, ya sabemos que se renunciaron a muchas cosas; el PSOE modificó su posición a cambio de que Alianza Popular permitiera gobernar al mencionado Urralburu, PNV aceptó la partición (tampoco les ha ido mal, sus cuentas electorales les salían mejor en un Euskadi de 3 que de 4), y por supuesto la represión en la calle tuvo un papel estelar, los sanfermines de la época fueron especialmente sangrientos, en Vitoria manifestantes asesinados...

Entonces se estuvo muy cerca, ahora parece más difícil porque a muchos navarros les parece que sería una especie de anexión o conquista, es decir que adoptarían una situación de subordinación, pero yo no lo veo tan improbable, simplemente hace falta que al PSOE le interese por las causas que sean. Si tienen algún principio irrenunciable no es una Navarra Autónoma, unas encuestas por aquí, unas previsiones electorales por allá, y alehop!!, ya tenemos a Benegas de nuevo cambiando de discurso.

Lo mejor, y lo peor, de todo es que no pasaría nada, un simple cambio de administraciones y fronteras. ¿Para esto tanto?

ANDA!!!! Se puede escribir sobre el tema vasco sin nombrar a ETA!!!!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy hasta más allá de la cúpula del Trueno (léase "hasta losantos cojones")del empeño de los estúpidos que siguen haciendo política de cuestiones identitarias que pertenecen al ámbito de lo cultural, íntimo y personal. Me da igual que sean religiones que nacionalidades, la misma mierda sociológica son, y tal para cuál. Cuanto más religioso es un pueblo, más nacionalista. Que se metan sus fronteras, trapitos de colores y cancioneros donde les quepan y nos dejen VIVIRRRR!!!!

Anónimo dijo...

Solamente una aclaración. En primer lugar, la Constitución española no dictaba por si misma cuales eran las Comunidades Autonomas, solamente establecia los mecanismos para que aquellos territorios que quisieran establecerse como tales lo pudieran hacer, y de hecho, fue una sorpresa que apenas 4 años después 17 Comunidades Autonomas se establecieron, por la celeridad y por el número fue sorpresivo.

De hecho tanto para el caso de Pais Vasco y Navarra o cuales quiera otras (entonces no estaba claro que La Rioja o Cantabria se constituyeran como Comunidades Autonomas, entre otras), existia la posibilidad de que constituyeran una única Comunidad Autonoma utilizando los mecanismos provistos por la Constitución.

Lo que la Constitución prohibe es que una vez esten contituidas en la forma que se hubiera producido el establecimiento de los territorios en Comunidades Autonomas, éstas no podrian unirse a otras Comunidades Autonomas. De hecho, para el Pais Vasco y Navarra -pese a que no hay un consenso en la interpretación- se entiende que la LORAFNA (Ley Organia y no se q del fuero navarro) queda abierta la posibilidad de q esto se produzca con el Pais Vasco, la controversia es q hay quien opina q esa posibilidad era al tiempo de constituirse como Ciomunidades ambas y decidir formar una unión, no cinco, diez o veinte años después.

dicho esto, a mi me la pela lo q hagan, lo mejor es q hicieron dos putos referendums, uno para si los vascos se van o se quedan, y otro para Navarra en el mismo sentido, y después que nos dejaran a los demas de aburrir con su puto tema a todas horas

joseluis dijo...

rumbita, es exactamente lo que he dicho yo no?. Presiones para que no se constituyan, no prohibición, y una vez constituidas prohibición para unirse.
A mi también me la pela lo que hagan, francamente solo me interesa el tema por los sarpullidos que le salen a los "españoleitors" de solo oir plantearse este tema.
Aibalaostia

Anónimo dijo...

Hola Jl, siendo rectifico, pero es que no queda nada claro, o mas bien, conduce a la confusión que te apuntaba sobre todo si lo lee alguien que no conozca mucho la cuestión. La cosa es que la C78 no cancelaba en si esa posibilidad, aunque limitaba la oportunidad al momento de constitución de las autonomias.

La presión de los militares esp en ese y otros temas durante la transición es manifiesta, de hecho el 23F mayormente es por la España de las autonomias, al menos para Armada. Ahora bien seguramente abria más factores como el del pnv o el alma tradicionalista de sectores navarros, que apuntas tu a parte del miedo a los militares.