A raíz de una discusión sobre si ciertas publicaciones deberían llegar a ser prohibidas o no, me he planteado una posible solución. En casi todos los productos cuyo uso entraña un riesgo vienen advertencias sobre su composición, forma de aplicación... ¿Por qué no se aplica la misma idea a los libros? Conocemos la manipulación de la Historia que hacen interesadamente autores como Pío Moa, César Vidal, Ricardo de la Cierva, González Fernández de la Mora, García de Cortázar... Sin embargo simplemente por estar impresos en formato libro para muchos lectores indocumentados sus contenidos adquieren categoría de verdad histórica.
La propuesta va calcada desde el blog del ornitorrincoenmascarado, dedicada a este otro librito que sale en la foto.
En definitiva, no digo de recomendar a los libreros o a las mismas editoriales que pongan este tipo de etiquetas, aunque sería lo propio, sino que al menos en nuestras bibliotecas vaya indicado el caracter del libro... Puestos a etiquetar se puede llegar a esto.
Transcribo el contenido de la advertencia:
CUIDADO: Este es un libro de ficción. NO debe interpretarse literalmente.
ADVERTENCIA: Contiene versos que describen o incluso incitan al suicidio, incesto, bestialismo, sadomasoquismo, actividades sexuales en entornos violentos, uso de drogas o alcohol, homosexualidad, descrédito de la autoridad, actos criminales, atrocidades y otras violaciones de los derechos humanos.
EXPOSICIÓN AL PRODUCTO: La exposición al contenido de este producto durante periodos de tiempo prolongados o, en el caso de los niños, durante el desarrollo, puede causar delirios, alucinaciones, deterioro de las capacidades cognitivas así como del razonamiento objetivo y, en situaciones extremas, trastornos patológicos: odio, intolerancia inclusive. La aparición de estos síntomas no se limita a los casos de fanatismo, asesinato y/o genocidio.
3 comentarios:
Hombre, si advertimos, advertimos de todas las creencias irracionales, incidiendo más en las religiosas, que extienden sus mala influencia desde el mediterráneo hasta el Tíbet. El burrico que ha hecho esa etiqueta ha incluido la homosexualidad como algo maligno junto a otras lindezas como el incesto... Le traicionó el subconsciente...
De todos modos en unos momentos tan delicados con nla movida del choque de civilizaciones, esta iniciativa no se puede plantear ni en broma.
No creo que sea la prioridad hoy, al menos en Europa.
El contenido de la etiqueta no la comparto para nada. A quién le pone la Biblia... Bueno si fuera... ¿alguna con desplegables?
Totalmente de acuerdo, hay libros que no tienen ningún tipo de justificación como aportación constructiva, como algo positivo. Son libros creados para alimentar odios y construir mentiras que justifican las injusticias
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