La mentira de Alcorcón

Breve aclaración acerca de lo que estos días se quiere presentar como una reedición de los acontecimientos de violencia racista colectiva que acaecieron en El Ejido hace unos años. El caso de Alcorcón -en cualquier caso masificado por los medios- refiere al hastió de la juventud (de unas y otras nacionalidades) para el comportamiento de estas pseudomafias q son las maras latinas, independientemente de cuál sea el origen de su procedencia. De hecho solo con ver quienes son los jóvenes “españoles” implicados uno puede comprobar que corresponde más al típico tío de la “magdalena” zaragozana muy lejano a los discursos racistas. Claro esta que para los inmigrantes latinos es muy complicado en esta situación bajar y situarse entre quienes rechazan las maras: primero por su propia inseguridad en u ambiente tan caldeado, y segundo por el problema que supone a nivel “familiar” o de “comunidad” enfrentarse a quienes en no pocos casos serán allegados en uno u otro sentido.

Pero lo relevante de estos hechos, y por lo que trasciende todo esto, es el uso despiadado que se hace desde los medios de comunicación de cualquier evento con tinte dramático en q se ven implicados inmigrantes. En esta ocasión, una pelea entre bandas de jóvenes (como toda la vida han existido) se plantea como un ejemplo más de la invasión que esta sufriendo España y sus consecuencias para los españoles incorruptos hasta la llegada de las hordas inmigrantes. ABC; La Razón, El Mundo, La COPE rozan la barbarie. Mientras en los editoriales de esta prensa escrita se esgrime el argumento de que la ciudadanía española se tiene q defender sola ante la dejadez del gobierno frente a los abusos de poder de los inmigrantes, Cesar Vidal en La linterna ayer mismo afirmaba que no a estos que nos echan de nuestros barrios había que deportarlos junto con sus familias.

En fin, mucho me temo que la ciudadanía española deberá ser en el futuro muy fuerte de mente y de espíritu si no se quiere ver arrastrada por esta horda de pensamiento racista, eurocentrico y extremadamente violenta que se cierne en las paginas, hondas y píxeles de la prensa y política española.