Otras elecciones más, otra derrota más. Personalmente no puedo alegrarme de unos resultados que si bien castiga al centro-derecha de este país, sube a los altares a la derecha. De nuevo entre unos y otros copan los sillones políticos de este país, parece que la gente no ve otra alternativa, o no la quiere. No puedo alegrarme del resultado de IU porque, que en el contexto actual no se suba siquiera un punto en porcentaje de voto, me parece ridiculo. Suben los concejales sí, pero se sigue estando muy lejos de tener verdadero peso. Y en esta ocasión, casi todo ayudaba, el 15-M, la crisis, la debacle socialista, pero IU sigue siendo invisible para unos y el ogro rojo para otros. El caso es que un programa que aprobaría, estoy seguro, la mayoría de la población es ignorado de nuevo por "idealista" o "irrealizable" o lo que es peor por desconocimiento.
La gente tendrá lo que quiere, más recortes sociales y laborales, más precariedad, más guerras, más privatizaciones, más desisgualdades y que se les rían en la puta cara. Todo un país quejándose en los bares, en las calles, en los centros de trabajo, en los buses o en las tiendas de todo ello, pero después votan a quienes lo han hecho o a quienes lo han apoyado y lo acentuarán.
La foto explica muchas cosas, ZP llegando a la sede socialista en su coche oficial acompañado de Javier de Paz, ex dirigente de las juventudes socialistas, hoy consejero de Telefónica.
1 comentario:
El bipartidismo en España tiene sus apellidos, mal que le pese a Esperancita. Aparte del de los mismos políticos que recogen no pocas sagas de raices franquistas. Se hacen llamar socialistas, de social o populares, de pueblo. Alguien debería denunciarles por publicidad engañosa solo por esos mismos nombres y obligarles a cambiarlos por algo más acorde a lo que esconde la etiqueta.
Obedientes y serviles por sus intereses personales y sectarios a los grupos económicos locales e internacionales, llevan a cabo el desmantelamiento del Estado. Ya no digo del bienestar, sino de las propias instituciones o directamente a su perversión, respaldando esos intereses tan ajenos a la sociedad y al pueblo como lo son los intereses de las empresas capitalistas.
Desgraciadamente con lo que nos viene no se van a guardar ni las apariencias y como decía Escolar vuelven los noventa, será nostalgia por la era del pelotazo, del turbo y de las vacas locas y clembuterizadas más que gordas de los PROSISTEMA.
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