PROGRAMA CONTRAINFORMATIVO SEMANAL. RADIO MAI 102.8 FM ZARAGOZA. JUEVES 21:00H.

miércoles, 14 de febrero de 2007

La libertad de expresión, a debate

El comportamiento unísono actual de las derechas mediática y política españolas y sus consecuencias, debería conducirnos a un debate en profundidad sobre la libertad de expresión y sus límites, puesto que las ideas no son inocuas. Hay ideas y usos de las libertades que deben ser punibles en un Estado de Derecho, porque no todo vale en esta vida. El límite elemental se sitúa en el famoso “tus libertades terminan donde comienzan mis derechos”.
Jugar al guerracivilismo, recrear fantasías conspirativas sin aportar pruebas ante el mayor atentado que ha sufrido este país, fomentar la xenofobia contra la inmigración o el choque de culturas y religiones, emplear indebida y abusivamente conceptos como libertad, democracia, terrorismo o totalitarismo con intención de crispar para sacar réditos políticos, y docenas de comportamientos que podríamos poner aquí, es de una gran irresponsabilidad que puede traer consecuencias imprevistas. Ya veremos,por ejemplo, el alcance final del descrédito actual de la judicatura española.
Antes de marzo de 2004 era impensable, para mí al menos, un cartel en una manifestación contra ETA diciendo "Zapatero a mi tío lo mataron los de tu bando", o gritos como "Zapatero nazi, a la fosa con tu abuelo", o " (con melodía casposa) Pepiño, Pepiño que te maten (ETA) primero a tí", o algo así.
Han ocurrido muchas cosas en este país que nos han llevado hacia estas aguas turbulentas, debido a la propagación de ideas peligrosas para la convivencia democrática, y la explicación radica básicamente en el abuso criminal de la libertad de expresión. Curiosamente este abuso suele provenir de aquellos que nunca lucharon por esa libertad ni por otras, y por tanto, no saben el coste humano que tuvo esa lucha, de ahí su falta de escrúpulos y de su verdadero significado. Cada vez que un hijo de puta confunde libertad de expresión con patente de corso para el fomento del odio, el insulto gratuito y la mentira, está hollando la memoria de esa lucha y sus protagonistas (vivos y muertos), además de afectar cada día más visiblemente a nuestra convivencia.
Un sencillo ejemplo muy gráfico de lo que quiero decir: César Vidal estuvo meses enteros hablando del "régimen nacionalsocialista de Cataluña" para referirse al tripartito catalán. viniendo de alguien que debería conocer perfectamente qué fue el nacionalsocialismo, me parece una práctica grave que confunde, y emplea técnicas goebblesianas con un fin político que alcanzan su climax el día que llaman "nazi" y "asesino" al presidente democráticamente elegido de nuestro estado.
Para mí se está llegando a niveles peligrosos, delictivos, y el límite que planteo es muy sencillo: EL RESPETO A LAS PERSONAS y A LA VERDAD HISTÓRICA, JURÍDICA Y POLÍTICA. En definitiva, la práctica de la honestidad y la honradez, que no impedirán que nos equivoquemos. No soy tan ingenuo como para no saber que las certezas absolutas no existen, pero entre el planteamiento de que la Ley de la Memoria Histórica (tan deficiente!!!!) supone fomentar el guerracivilismo o el de que se trata de una reparación histórica (más bien escasa y falta de valentía y ambición, casi un insulto) hay términos que objetivamente se aproximan a la verdad.
Si se respetasen estos principios (respeto y honradez, básicamente), el discurrir político y mediático de este país sería muy otro. No estoy planteando un recorte de libertades, sino un ejercicio de la libertad de expresión a la altura de su significado.
Los que lo dieron todo por esa batalla frente al fascismo franquista no lo hicieron para que el PP, Pedro Jeta, Losantos, Moa o Vidal recreen la propaganda que justificó la dictadura y sus crímenes, boicoteen un intento de llegar al final dialogado del terrorismo o poner en marcha una auténtica factoría de ruido y suciedad (dando más credibilidad a terroristas y esquizoides que a los investigadores de verdad) para impedir el correcto discurrir del proceso sobre el 11-M, en el que la derecha tiene mucha miseria que ocultar.
Las consecuencias que está teniendo día a día este abuso indiscriminado e impune de la libertad de expresión, es, bajo mi criterio, una espada de Damocles que pende sobre las libertades en este país, porque cuando esta derecha tan encabronada, revanchista y guerracivilista llegue de nuevo al poder, nos podemos preparar, porque el modelo que han aplicado y volverán a aplicar "mejorado", lo tenemos delante: la peculiar interpretación de la democracia y la libertad de mercado de los teocons de Bush, Cheney, Wolfowitz, Negroponte, etc. Los creadores de Guantánamo y la paranoia terrorista global, de la que Aznar es predicador NATO, una especie de Mini-yo de Bush, un spin doctor de la diarrea intelectual emanada por el neolüberalismo.
Por otra parte, está bien saber lo que piensa de verdad nuestra derecha local, es muy sano y útil, además de escalofriante. Lo que quiero decir en definitiva es que todo el mundo pueda decir lo que quiera, pero que debe haber un límite legal para garantizar el futuro de las libertades y la calidad de nuestra democracia. ¿Paradójico, no?
PD: que no se interprete esto último de la derecha que viene como las amenazas de Guerra y González en época electoral. Ya hablaremos de eso más adelante.

7 comentarios:

rumbita dijo...

Es un debate interesante el que planteas: los medios de comunicación, sus usos públicos y la necesidad de preservar el garantismo de nuestros derechos, por un lado, y las libertades, por otro. Aqui antes de pasar a otra cosa, faltaria mencionar la inclusión en igualdad de oportunidades de las diferentes sensibilidades e intereses de nuestra -por decirlo de alguna manera- comunidad política.

Dicho esto, tu planteas que es necesario cancelar libertades (en este caso de expresión) que vulneran derechos (habría que citarlos uno por uno en su caso). En definitiva seria un conflicto entre derechos, pues como sabemos, la libertad de expresión es un derecho. Un conflicto enrte derechos dificil de resolver sin graves consecuencias secundarias. Eso que dices de presevar la verdad historica, juridica, etc, ciertamente es complejo, ¿quién certifica cuál es la verdad a preservar y proteger mediante una intervención judicial?. Yo, al menos, lo veo muy peligroso. Si, por otra parte, se podria actuar en casos concretos en los que un tribunal interpretara que existe apologia del racismo, incitación a la violencia, etc. Podriamos decir que como el limes es difuso ht la fecha no ha habido intervención alguna a la COPE. Si que podemos recordar como a Urdaci se le hizo rectificar -por medio de la justicia- información relativa a la Huelga general falsa en una manera flagrante.

A mi personalmente, de los medios de comunicación, no me preocupa tanto que desde algunos se vaya hacia la desmedida, como que exista un desequibrio -amen de la ausencia total de independencia- entre las sensibilidades e intereses ligados a los medios existentes, y la inanidad de medios en las ondas, prensa, etc, por parte de la izquierda, digamoslo claramente.

Ahí es donde se deberia de forzar una solución como podria surgir de la financiación de partidos para equilibrar las oprotunidades financieras de todas las ideologias y sensibilidades, al menos en un termino de "garantismo". Y luego ya si Federico dice barbaridades, haya los que le escuchen... Pero que tb se puedan oir otras voces. En fin la cuestión para mi no es tanto privar determinada libertad de expresión, como garantizar la libertad y posibilidad de expresión (e impresión)a todos.

Anónimo dijo...

El fomento del bipartidismo en los medios da para mucho, es una vergüenza además de un insulto a la inteligencia.
Insisto en que deberíamos preocuparnos un poco, los fascistas eran una gente muy freak al principio, se les tomaba el pelo y se hacían chistes a su costa, y luego ya sabemos lo que pasó. No digo que se vaya a revivir el período de entreguerras, pero la coyuntura hacia la que vamos está radicalizando a las derechas de todo Occidente. Más que un recorte, pido una ofensiva legal Y PÚBLICA, es decir, que se entere todo el mundo de lo que sale de determinadas bocas, una persecución a lo que podemos considerar agresiones a la dignidad humana, como puede ser la banalización del nazismo o la dictadura de Franco o hacer chistes sobre el salto de pértíga en la frontera de Melilla con los "subsajas". En definitiva, que no les salga gratis la crispación y como medida profiláctica contra la extrema derecha, porque cuando en una mani le dicen a un presidente que se reuna en la fosa de su abuelo rojo, algo no va bien.

joseluis dijo...

Yo estoy con rumbita, sin que sirva de precedente, ya que por poner un ejemplo que mencionas, ¿no hablamos nosotros de Carrero campeón de saltos? No creo que sea un camino el criminalizar opiniones, por muy ofensivas que nos parezcan. Aquí lo preocupante es la ausencia de la izquierda del debate público, la invisibilidad de la izquierda para los medios de comunicación, ya ni somos peligrosos, nos ignoran.
El debate mediático está monopolizado por el centro derecha y sus valores, y eso es lo peligroso

Anónimo dijo...

Lo de Carrero se cantaba antes, y lo cantaba una juventud sometida a una dictadura fascista, y el tipo que salió volando representa precisamente el peligro que creo que tenemos que combatir desde la raíz y con el Estado de Derecho mientras nos sea posible.
No me digas que crees que es lo mismo hacer un chiste sobre el drama humanitario del éxodo africano qu está costando tantos miles de muertos cuyo crimen es ser pobre, que hacer un chiste sobre un tipo de la cúpula franquista y por tanto criminal de guerra y cómplice de la dictadura. Cuando murió Carrero tenía en su mesilla de noche Los Protocolos de los Sabios de Sión, lectura obligatoria en la Alemania Nazi y de cualquier buen antisemita que se precie.
Fomentar la xenofobia y el choque cultural no es una opinión cualquiera: es un crímen contra la Humanidad, y el que no lo vea así tiene, bajo mi parecer, un problema de criterio.
INSISTO, NO QUIERO PARECER UN INQUISIDOR,PERO NO SE TRATA DE BUSCAR NUEVAS TIPIFICACIONES SINO DE NO DEJAR IMPUNE LO QUE ES UN DELITO SI CREEMOS QUE LOS DERECHOS HUMANOS SON ALGO MÁS QUE UN PAPEL O UNA DECLARACIÓN DE INTENCIONES TIPO PROTOCOLO DE KIOTO.
De todos modos, considero que el grito espontáneo de un manifestante diciendo nazi o asesino a Zp no es lo mismo que Vidal hablando durante meses del "régimen nacionalsocialista de Cataluña". Lo primero es mucho más intrascendente que lo segundo por su influencia social y mediática, y además lo segundo es causa de lo primero. Combatiendo y evitando lo segundo nos ahorraríamos lo primero.

joseluis dijo...

Claro que creo que no es lo mismo, pero parece que la mayoría de la gente no opina así, y no puedo hacer de mi criterio ley. Lo que hay que hacer es informar y ridiculizar sus opiniones (algo bastante fácil). Si penalizamos las opiniones mal vamos. Informar, educar e intentar cambiar la mayoría.

Anónimo dijo...

Comprendo la base del sentimiento que ha generado el escrito de Rafa. Pero sinceramente, creo, que resulta imposible y totalmente improducente cualquier planteamiento de regular las expresiones libremente(liberalmente) pronunciadas.

La derecha ha estado durante toda la naciente democracia acomplejada y hasta la segunda llegada al poder no se han envalentonado y no han empezado a mostrar todos los pecados capitales que arrastran por su propia idiosincrasia. Ahora cuentan con una importante red de medios afines, y agitadores, que incluso asombrosamente sirven para dirigir sus declaraciones y hacer mella ideológica sobre ellos como en ningún otro espectro político español conocemos.

Los medios de comunicación como todos sabemos responden a intereses. Otra cosa es ya: el estilo.
El periódico progresista por excelencia,"El País", desvirtua y desinforma, o por lo menos no informa totalmente, en casos como Colombia, Cuba, Bolivia y Venezuela. Respondiendo así a intereses económicos instaurados en esos paises y creando una opinión, que ajena al pensamiento crítico de cuestionarlo todo,o casi todo, beneficia una política y un planteamiento para con esos países, ese planteamiento, con mas estilo, y mas fino, es igualmente criticable. (Basta con oir las perlas que el ex-marsixta y tertuliano Boris Izaguirre suelta en la SER sobre su país de origen).

Hablar de intervencionismo del estado en materia de expresión es sumamente delicado y hoy por hoy, justicaría la -ley de partidos-, que es legal, aunque deberíamos plantear si es -democrática-. Para mí desde luego, no lo es.

Como se planteaba en el posterior artículo sobre la educación y el sentido de la crítica, es precisamente de eso mismo de lo que adolece la gran mayoría que comulga diariamente con tesis conspiracionistas-paranoícas, aplaude y compra la ingente cantidad, que no calidad, de perlas en forma de libros de Vidal, De la Cierva y del ex-GRAPO Pío Moa.

Esa falta de crítica, también es extensible a los feligreses pro-PSOE, que justificaron, u olvidaron por interés, la guerra sucia, los 500 insumisos presos, las dinamitación de los derechos laborales y sociales, privatizaciones. etc, etc. Esa misma clientela, que sale a la calle contra la Guerra de Aznar, y calla contra la OTAN de Belloch.

El bipartidismo, obviamente cada uno con su estilo, al menos en materia de mass media, es lo que tiene. Y aún con todas sus desmedidas, excentricidades y barbaridades. Las salidas del tiesto de los Copelianos, Acebes y compañía beneficia al otro lado del bipartidismo. Además de creer firmemente que la radicalización, al menos, hoy por hoy, de la derecha, le va a servir para imposibilitarse una nueva llegada al poder, al menos en las siguientes elecciones.

Yo no pediría que cierren La Razón, ni la Cope, ni el ABC, ni prohibiría ninguna audiencia pública de -terroristas de la historia- como Moa, (como a ellos mismos les gustaría).
Eso sí, está la plena libertad y la crítica para quien en su pleno uso de facultades y derecho quiera manifestarse en su contra y alzar a viva voz su repulsa contra la gran impostura liberal.

Claro, que tampoco bajo ese aspecto justificaría nunca el cierre de EGIN, EGUNKARIA, ilegalizaciones, prohibición de manifestaciones por la Autodeterminación, etc.

Yo quiero seguir podiendo llamar terroristas a la patronal, asesino a Aznar, perros a la policia, etc. incluso, aunque solo sea simbólicamente, pedir la ilegalización del Partido Popular.
Incluso me gustaría poder decir libremente y a viva voz lo que pienso de la Monarquía en un acto público. Y esto último, al menos legalmente, en este estado democrático, no puedo hacerlo.

Nota: Para terminar e hilvanando un poco con el escrito inicial de Rafa, lo que tú propones, aunque sea en pequeña medida, ya se hace en este blog: La denuncia sistemática de las idas y venidas de los -ultras- liberales. Es cierto que consiguen enrarecer bastante el ambiente, pero sinceramente el problema es que tienen una parroquia, amplia, que es la quiere esa carnaza. Es como la televisión basura: ¿existe por que lo demanda la gente, o la gente lo ve porque se emite?

pd: un poco largo me ha quedado, bueno, ya que hacía días que no decía nada...

Anónimo dijo...

Creo que no se me estoy explicando bien... yo no pretendo ningún cierre de medios, sino que se combata con la ley aquello que agrede a la dignidad humana. Una buena multa al Grupo Risa por hacer esos chistes por ejemplo. Y un cerco legal al discurso de los spin doctors de la ultraderecha. En España tenemos el discutible privilegio de tener la extrema derecha más sanguinaria de Europa, y yo diría que del mundo. La matanza de rojos que supuso el período de la guerra y posguerra no tiene paralelos en ningún otro país occidental. Y lo que veo es que por una parte no ha habido arrepentimiento por parte de la gran mayoría, y que muchos de ellos lo volverían a hacer. No hay más que leer ciertos blogs que dan auténtico miedo. Las bandas de extrema dcha nunca han dejado de estar, pero han pasado muchos años de silencio. Ahora que unos medios de comunicación masivos amparan sus argumentos, creo que el resurgimiento de pistoleros de extrema derecha tipo Ynestrillas, es, para mí, cuestión de tiempo, si no paramos la crispación de alguna manera. En el fondo todo se reduce a que considero legítimo y una obligación legal y moral combatir el fascismo antes de que sea incontrolable. No creo que perjudicásemos a nadie.